Reencarnación
Hace poco encontré un perro en la calle y me lo quedé, le puse de nombre Pepo por mi abuelo con el que viví hasta hace un tiempo. Él murió hace dos años pero estoy convencido que su alma está dentro de este perro. Eramos muy unidos, trágicamente mis padres murieron apenas nací y la mujer de Pepo murió un día antes de que yo naciera por lo que nos hacíamos buena compañía. Él siempre me contaba de esos días, decía que en un momento de tanta tristeza yo le había devuelto la vida, lo había ayudado a soportar el dolor. Ya en sus últimos días de vida me confesó que mi nacimiento había evitado su suicidio. Observé mucho al perro, sus movimientos, sus actitudes y era increíble el parecido que tenía a mi abuelo, hasta su forma de mirar. No me gustaba nada la idea de hablar con mediums pero no me quedó otra, quería saber si mi abuelo estaba dentro de este pero o no. Da la casualidad de que tengo unos vecinos gitanos y me contaron de una medium muy conocida llamada Cris Macuca. Un día fui a verla, entré a un cuarto oscuro donde reinaba el silencio, allí solo había una mesa y en el centro una bola de cristal. Ella comenzó a explicarme que había descubierto que mi perro había nacido exactamente un día depués de la muerte de mi abuelo. Me explicó que esto hacía que fuera muy posible que mi abuelo estuviera en ese perro porque las almas, para poder reencarnarse tiene que esperar un día hasta que puedan tener un nuevo destino. Yo me extrañé con el comentario pero ella se vio tan segura que le creí. A los pocos segundos comenzó la invocación al espíritu de mi abuelo. Cris realizaba muecas raras hasta que habló. No era su vos, era la de un hombre, ¡era la de mi abuelo!
- Ojalá estés acá, quiero que vengas -dijo mi abuelo-.
- ¿Que pasa? -pregunté yo sin obtener respuesta-.
- Roma, -dijo mi abuelo- mi bebe, mi Romita.
La comunicación se cortó súbitamente y Cris abrió los ojos sorprendida. Me dijo que nunca le había pasado nada igual hasta que se tranquilizó y me preguntó quien era Roma y yo le dije que era mi abuela pero que no entendía que tenía que ver con mi abuelo. Ella me dijo que había podido hablar con mi abuelo por lo que su espíritu no estaba en el perro, pero que había sentido mucha tristeza, decía que mi abuelo estaba triste porque su mujer, mi abuela, no estaba con él. También me dijo que él sentía mucha impotencia y enojo, y que creía que el enojo estaba dirgido hacía mi, que yo tenía algo de culpa en ello. Yo no entendía nada. Ella se quedó en silecio hasta que me miró directamente a los ojos.
- ¿Cuando murío tu abuela?
- ¿Que?
- ¿Cuando murió tu abuela?
- El 11 de Octubre ¿por?
Ella sin hacerme caso siguió pregutando.
- Y vos ¿cuando naciste?
- El 12 de Octubre. Se que es algo extraño...
Pero ella me interrumpió y no me dejó terminar. Me dijo que me tranquilizara por lo que le iba a decir, que no me alarmara. Yo ya no entendía nada de nada y estaba cada vez mas nervioso. Hubo un corto silencio y luego comenzó a hablar.
- En el momento en que estuve en trance sentí a tu abuelo. Está triste, creyó que al morir iba a encontrar a tu abuela pero no es así. Él cree que es tu culpa, tiene mucho enojo hacía vos. Tu abuela se reencarnó en alguien para poder estar cerca de tu abuelo porque lo amaba y ese alguien podía ser cualquiera pero tenía que ser alguien que naciera un día después de su muerte. Tu abuelo cree que vos tenes algo de tu abuela, él siente que ella está en este cuarto.
- ¿Que?
- Vos sos tu abuela.
- Usted es una vieja loca! No sabe lo que dice!
Yo me levanté violentamente y estaba a punto de irme.
- Tomás! No sentís a veces que tenés ganas de estar con tu abuelo...pero de otra forma. ¿No tenés la sensación que debiste nacer mujer? Algo! No sentís algo parecido, !decime!
Yo me di vuelta lentamente y le dije todo lo que tenía guardado hace tiempo.
- ¡Si! -grité con ganas de desahogarme- ¡Si, A veces siento esas cosas!
-De a poco me fui tranquilizando y continué hablando- A veces cuando estaba con mi abuelo me encantaba que me dijera que me quería como a nadie en el mundo. Me sentía re tonto pero a veces me quedaba horas mirandolo y no entendía bien porque, solo pensaba en que quería encontrar a alguien igual a él pero a medida que fui creciendo fui descubirnedo que nunca iba a encontrar a nadie como mi abuelo o al menos a nadie que fuera igual siendo mujer. Hace poco estuve sintiendo cosas muy raras, ya no se ni quien soy.
Me quedé en silencio por un momento, no podía creer todo lo que le había confesado a una extraña pero me sentía aliviado. Era como si mi abuela hablara a través mío.
Antes de irme Cris me propuso hablar con mi abuelo por última vez para despedirme de él y decirle que cuando me tocara subir volvería a estar con él pero que esta vez sería para siempre.
Cris hizo lo mismo que antes, entró en trance y a los pocos segundos escuché la voz de mi abuelo.
- Soy muy feliz, si, estoy orgulloso de ti Romita -dijo mi abuelo-. Ya en su voz se notaba que había un cambio.
Rápidamente Cris despertó. Se notaba alarmada. Cuando salió del shock comenzó a hablar. Me contó que ella había sentido a mi abuelo pero también a mi abuela.
- Sentí a los dos, a tu abuelo y a tu abuela. Antes hablamos con tu abuelo pero en realidad no fue un diálogo, quiero decir que no es fácil hablar con un fantasma, a veces te habla y otras veces le habla a la nada.
Cris me siguió explicando hasta que entendí: mi abuelo nunca le había estado respondiedo las preguntas que ella hacía. Él simplemente hablaba y expresaba como se sentía, nada mas.
- Recién tu abuelo expresó felicidad -prosiguió Cris- porque ahora está con tu abuela, puede senrila a ella también.
Yo ya no entendía nada o, mejor dicho, no quería entender nada Sin embargo hablé.
- Esto quiere decir que...-pero no me animé a terminar la frase.
- Esto quiero decir que vos no sos tu abuela, disculpame este mal momento que te hice pasar, a veces los trances no son muy exactos...
Después me siguió contando todo lo que había podido recibir del alma de mi abuela. Ella se había reencarnado en alguien para estar cerca mío, ese sujeto fue mi perro, Chongo, el que mi abuelo me había regalado para mi cumpleaños hace cinco años. Algún tiempo después Chongo se perdió y nunca mas volvimos a saber de él. Ahora entiendo porque mi abuelo estuvo extrañamente triste por ese perro, despues de todo no era mas que un perro, ¡que equivocado estaba!
- Chongo siguió viviendo su vida pero acaba de morir hace algunos minutos y es por eso quer ahora tu abuela está con tu abuelo en el cielo...o en ese lugar lindo o como queiras llamarlo. Lo importante es que están bien ¿no?
- Están bien -repetí como si estuviera atontado- si, estan bien, eso es lo importante lo...lo...
Me desmayé o al menos eso fue lo que me dijo Pepe el ayudante de Cris que me llevó hasta mi casa y se quedó conmigo hasta que al fin desperté. ¡Eran tan lindo! Lástima que se tuvo que ir porque ya estaba amaneciendo.