jueves, septiembre 29, 2005

Dramas filosóficos II

La lamparita

Tomás Edison ideó la lamparita. Este hombre fue un gran inventor pero al principio se le complicaron
las cosas. Unos de sus mayores logros fue la lamparita de luz, Edison estaba tratando de inventarla pero no le salía. Todo el tiempo estaba pidiendo subsidios para poder tener un sustento económico para sus gastos y una de esas veces en las que pedía plata le dijeron: "usted trato mas de doscientas veces de lograr este invento pero no lo logró, ¿que le hace pensar que ahora le va a salir bien?" "lo que pasa -contestó Edison- es que descubrí doscientas maneras de como no se hace" Fue un genio este hombre, no solo inventaba cosas, sino argumentos porque esta frase es un chamuyo de primera. El otro día unos amigos hablaban de esto y comenzaron a relacionar este tema con el amor y me pareció interesante hacerlos público para los que siguen mis escritos. En fin, la pregunta es la siguiente: ¿Me siento mal porque no estoy con nadie, porque mi noviazgo "fracaso" o me siento bien porque descubrí con quien no tengo que estar de novio o de que manera no tengo que actuar en mi relación? Es interesante esta pregunta, hay que pensar que cuando uno fracasa no fracasa, sino que es una nueva oportunidad para otra cosa, para un nuevo amanecer con luz artificial. Lo interesante es saber exactamente que es lo pasa, ¿la lamparita no prende o se quemó de tanto darle y darle al interruptor con insistencia? O, como dice Arjona "¿Donde se apaga el amor que quedó? No encuentro el interruptor" Esto también puede pasar, ¿donde está el interruptor?, ¿donde esta ese corazón aparte que tengo sobre esa persona para que deje de latir? Tal vez sea la corriente, tal vez se haya cortado la luz momentáneamente y haya que esperar, quien sabe. Lo importante es ver las cosas, ya que tarde o temprano uno logra ver (porque se acostumbro a la oscuridad) y es así como se puede ver donde mierda es que quedó la lamparita. Y cuando la veamos vamos a poder ver con claridad si es que se apagó, la apagamos nosotros o si se quemó o si es que no le llega la corriente o si hubo cortocircuito. Acerquémonos a nuestra lamparita, tal vez no lo hagamos por miedo pero tratemos de hacerlo (con cuidado porque por ahí todavía está un poquito caliente) y lentamente vayamos descubriendo que tipo de lamparita es, de cuantos voltios, etc. Animémonos a esto, así no tenemos que ir perdiendo nuestro amor en suaves cuotas de dolor. No le tengamos miedo al corte de luz, después de todo, tal vez sea una nueva oportunidad para poder ver a la luna y las estrellas en una hermosa noche en las que las nubes se olvidaron de existir, al menos por un rato.

Dramas filosóficos I

El orígen de la mala leche

Esta es una pregunta que me hice el otro día en un cumpleaños. Digame alguien que soy ingenuo, no me molesta que lo piense, tal vez sea cierto, pero lo importante aca es otra cosa: El orígen de esa frase que todos conocemos como "mala leche". Tal vez alguien tengan un diccionario de dichos pero yo no por lo que me voy a guiar por mi gran intuición y elevadas corazonadas. Primero me remitiré a su uso.
El otro día estaba en un cumpleaños y a la cumpleañera se le dificulto apagar las velitas (aca también entra otra pregunta que me hago: el origen de la frase "sopla la vela", en la cual tampoco encuentro maldad alguna, pero bueno, sera otro tema) es por esto que yo, con toda naturalidad dije: "que mala leche!! que mala leche!!" Yo dije esto porque la cumpleañera había pedido un deseo y luego sopló las velitas y como no se apagaron alguien dijo que pidiera otro deseo a lo que yo acoté la frase anteriormente relatada con el fin de que quedara claro que, si no se habían apagado las velitas era a causa de la mala suerte que implicaba pedir ese deseo. Esto derivó a una discusión ya que algunos me dijeron que había sido desubicado de mi parte decir esta frase delante de los padres y/o abuelos de la cumpleañera que estaban allí y que esa frase no se puede decir enfrente de la gente mayor. No se que pensara el lector pero yo creo que está bien usada en cualquier ámbito ya que el orígen de esta frase, a mi entender, nace por la leche de vaca como la conocemos. Ya todos sabrán lo que es la leche cortada, huele mal, es intomable, es toda espesa, en síntesis: ES UN ASCO. De allí, yo llego a la conclusión de que mala leche quiere decir mala suerte a causa de la leche cortada. Si lo pensamos bien, hay que tener mala suerte para que a uno le venga a tocar una leche cortada cuando es tan poco probable que esto suceda como un choque de avión. Es más, esta frase existe hace mucho tiempo y hoy por hoy ya no existe la leche cortada a causa de que los envases modernos y eficientes que existen hoy en día ayudan a que la leche se alamacene de mejor manera. Se que es difícil de aceptar pero trate de ser mas abierto, querido lector, y piense seriamente en esta pregunta. ¿Cual es el orígen de la mala leche? ¿Remite a algo sexual y que solo puede decirse en ciertos ámbitos o se trata de una frase inocente de la leche cortada que se puede utilizar en cualquier lugar? ¿Una frase que solo puedo usar con mis amigos o que se la puedo decir a mami o papi o hasta a la abuela? Quien sabe, tal vez las personas que pensaron estas respectivas frase la idearon al mismo tiempo, uno teniendo sexo (o, mejor dicho, no teniendolo) y el otro abriendo una leche en un día de verano en el que el calor era insoportable y trataba de imaginarse tomando un delicioso nesquik que luego no pudo disfrutar y que, ante tanta impotencia, solo le salió decir "¡que mala leche! Tal vez sea una, tal sean dos, no se. La realidad es que buscaba escribir esto para poder encontrar una solución al tema pero ahora estoy mas confundido que antes. Como diría Sócrates (o alguno de esos) "solo sé que nada sé".
FIN.

El Dr. Resti y su espacio culto

Asi es señores!!! Volvió el Resti y con todo. En esta oportundiad voy a abrir un espacio en el que tratare diferentes. Es un espacio al que denominé "Dramas filosóficos de la vida cotidiana"
Espero que puedan disfrutarlo y, por supuesto, que espero su pequeña opinión.

sábado, septiembre 03, 2005

Dormido en el bondi

Había paro de trenes. El día anterior me habían avisado pero no me lo había creído. Estaba llo-
viendo mucho con lo que me fui corriendo de la estación de tren a la parada del 60. Me subí al
bondi y me fui para el fondo, había poca gente pero poco a poco comenzó a llenarse, lo peor es
que tenía como una hora de viaje y la humedad no ayudaba en nada. Traté de distraerme leyendo un libro, pero el ruido de los autos y el poco espacio que tenía a causa de la cantidad de gente que había allí no me dejaba concentrarme por lo que cerré el libro. El clima estaba insoportable y el lugar cerrado hacían que me asfixiara. Decidí buscar otra manera de distraerme y me propuse jugar a un juego en el que miraba a las personas y les inventaba una historia, como eran, adonde iban, porque estaba vestidos de esa manera o porque llevaban esta u otra cosa y así. Cuando llegué a un tipo petiso y de tes un poco oscura no me salía nada para inventarle pero me quedé un rato mirándolo ya que no paraba de cabecear y de murmurar cosas, me parecía muy divertido. En un momento el negrito, al que decidí llamarlo Julián, se durmió completamente, no se si se desmayó o simplemente se durmió, pero era raro porque estaba tan apretado a causa de la gente que continuaba parado, Era como si estuviera despierto con la diferencia que tenía los ojos cerrados. El no se encontraba lejos mío y por lo que estaba a punto de chequear como estaba, pero me divertía tanto la situación que decidí quedarme viendo la escena. El que manejaba el bondi frenaba todo el tiempo de golpe y en las lomas de burro lo hacía apenas con lo que era inevitable golpearse contra todos. Mientras tanto el negrito Julián se caía sobre todos pero siempre terminaban corriéndolo hacia otra persona, nadie sospechaba nada porque no se molestaban en fijarse que o quien lo había golpeado, simplemente se sacaban de encima la "cosa" que los molestaba. Si, esa cosa se movía para todos lados, estaba mas en movimiento que cualquier otro ser vivo. El negrito Julián seguía realizando su baile hasta que, en un momento, el bondi frenó tan de golpe que Julián golpeó fuertemente a una de sus "columnas". Esta se dio vuelta y dirigió su mirada hacia otra de las "columnas" de Julián. De un momento a otro se armó la riña, Columna 1 creyó que Columna 2 lo había golpeado por lo que empujó a Columna 2. Columna 2 se dio vuelta y le pegó a Columna 1 y luego se empezaron a empujar con mas violencia. La gente se movía para todos lados, incluido el negrito Julián peor este no daba señales de vida, para mí estaba desmayado después de todo. De repente el bondi frenó de golpe y el conductor se puso como loco, comenzó a gritar y a decir que en su bondi nadie se pelea y que si quieren pelear tiene que bajar. Ambas columnas dejaron de pelear y aceptaron la oferta. Estaban a punto de bajarse pero el conductor dijo que todavía no se podían bajar porque no habían llegado a la parada. Ambas columnas se pusieron bien cerca de la puerta y luego Columna 1 tocó el timbre. Cuando llegaron a la parada ambos se bajaron civilizadamente y apenas estaban en la calle comenzaron a golpearse nuevamente. Todos nos queríamos quedar viendo la acción pero el bondiero ni se inmutó y arrancó. Ya cuando el calor se hacía insoportable y la gente empezaba a ponerse de malhumor (sobre todo por la pelea recién presenciada) llegamos a la parada de Cabildo y Juramento, donde se baja todo el mundo. Era un alivio, pero aún así parecía que no llegabamos mas. Mientras la gente bajaba el
negrito Julián se vio empujado por todos, yo me preocupé porque veía como empezaba a llegar a las escaleras. Ahora estaba un poco lejos de él por lo que no pude agarrarlo, solo me salió gritarle su "nombre"
- ¡Julian, Julian, despertate!
Él simplemente abrió los ojos, miró hacia todos lados un poco desorientado y miró hacía bajo justo cuando tenía las escaleras en frente. Por suerte tuvo tiempo para bajarlas sin problemas. Vi como caminaba lentamente hacia la esquina, se lo veía un poco perdido. El bondi siguió pero frenó en la esquina porque estaba en rojo. El seguía ahí parado mirando hacia todos lados pero cuando dirigió su mirada hacia mi le salió una sonrisa espontánea y me saludó. No lo hacía del todo convencido pero su titubeo desapareció apenas yo le contesté el saludo. Sonrió una vez mas y luego siguió su camino. Yo llegué a mi parada a las pocas cuadras. Traté de caminarlas lo mas rápido posible, la lluvia no paraba y estaba llegando tarde al laburo...como siempre.