Nada que hacer
El sol se iba y yo estaba ahí sentado. Miraba como se escondía y aun cuando se fue no desvié la mirada de donde se había escondido. Es que no podía mirarla. Ella estaba en silencio y no me animaba a hablar. Siempre son difíciles esas situaciones en las que uno no sabe que decir. Así que me quedé ahí sentado. En un momento se levantó y se dirigió hacia el auto y entró del lado del acompañante. Yo no me animaba a darme vuelta así que me quedé inmóvil mirando hacia el mismo punto donde antes estaba el sol. No se escuchaba ni un solo ruido por lo que podía suponer que ella tampoco se estaba moviendo. Eramos dos personas paralizadas por una situación sobre la cual no había retorno. No nos dabamos cuenta pero estabamos extendiendo algo innecesario. Era como seguir mirando hacia el horizonte. ¿Para qué hacerlo si el sol ya se había escondido? No había nada mas que ver. Yo seguía sentado con mis piernas cruzadas y con mis brazos sobre sosteniendo mi cabeza cuando escuché que prendía el auto. Por un momento me asusté, pensé que se iba a ir pero no quise darme vuelta, no quería ver eso si era lo que ocurría, así que me mantuve inmóvil, en la misma posición. En ese momento empecé a escuchar la radio, ¡solo quería escuchar música! Pero no dejaba de cambiar de radio hasta que se quedó con una. Sonaba un tema de Metallica, bien pesado. Estuvo así durante un rato largo, ambos escuchábamos el tema hasta que ella empezó a gritar desesperadamente. No sabía que hacer pero, ¿qué podía hacer? No había nada que hacer. Los minutos fueron pasando y mi amargura se hacía cada vez mas angustiosa. Hasta que empecé a llorar en silencio. Traté de no moverme mucho, no fuera cosa que ella se percatara de lo que pasaba. Es difícil actuar cuando uno hizo todo lo posible, cuando ya cree que dijo y no dijo, hizo y no hizo todo lo que se podía hacer y no hacer, decir y no decir y uno ya no tiene respuestas, simplemente no sabe que hacer. Así que hice lo que no había probado antes: nada. Luego de un rato ella apagó la música, se bajó del auto y se acercó. -Erni, me voy. Me di vuelta y vi como estaba a una gran distancia del auto y de mi. La oscuridad era cada vez mayor por lo que no era mas que veía mas que una sombra. Dio media vuelta y empezó a caminar. -¿No querés que te lleve? -me salió decirle sin razón alguna-. Ella se me acercó, me dio un beso en el cachete y ahí la pude ver mejor, había estado llorando. -Si te hubieras dado vuelta... Ojalá pudiera decir que se me cruzó por la cabeza el reproche de por qué no me había dado vuelta para verla, tal vez ahí la hubiera visto llorar, me hubiera acercado y...pero no, no se me cruzó ese pensamiento, tenía mi mente en blanco. Solo vi como se alejaba del auto y de mi.