Juego de miradas

Ella me miró cuando soltaba sus largos pelos. Se trató de un momento y ya nuestras miradas jugaban como pequeños granos de arena sobre el mar. Y me quede ahí, tratando de no perderla ni un segundo. Luego aparecio su ex, la vino a buscar. Ellos peleaban y yo no dejaba de mirarla. Cuando el ex me vio, tuve que correr, irme lejos para no volver. Apenas pude darme vuelta para ver por última vez a mi gran amor que me dirigió una sonrisa que rapidamente se mimetizó con la mía. Estaba en la playa, y el agua estaba fría mientas bajaba el sol en un magnífico atardecer. No tenia manera de explicarle al ex que me dejara de perseguir. Mi corazón todavia no se decidía si latir tan fuerte por la corrida o por mi genuino amor. Eso era... amor. Y el ex eso no lo podía entender, tampoco me esmeré en hacercelo saber, tal vez porque no quería decirselo o quizá porque no dejaba de meterme y sacarme del agua con una violencia tremenda gritandome que no podia ver mas a su ex, que era su ex, no la mía. No supe que decir, tampoco entendí bien lo que me dijo porque termine con los oidos tapados. Al otro dia volví a relizar un juego de miradas pero esta vez con otro nuevo amor.